Julio César Cárdenas y Alenka Lovy, integrantes de CIB U. Mayor, lideran grupo que por 6 años trabajó en detectar que la inhibición del canal de calcio sensible a IP3 disminuye las células cancerígenas, pero sin eliminar células normales. La investigación fue publicada en la revista Science Signaling, y en ella también trabajaron académicos de la U. de Chile y las universidades estadounidenses Pennsylvania, Tufts y de California.
Los investigadores del Centro de Biología Integrativa U. Mayor, Julio César Cárdenas y Alenka Lovy, lideraron el equipo que luego de 6 años de trabajo, publicó los resultados de un estudio que podría traer buenas noticias en la creación de terapias contra el cáncer, la segunda causa de muerte en el mundo y por la cual cada año mueren alrededor de 10 millones de personas.
En la investigación, publicada en la prestigiosa revista Science Signaling, también participaron académicos de la Universidad de Chile y las universidades estadounidenses Pennsylvania, Tufts y de California.
"Los tratamientos disponibles para el cáncer presentan gran variabilidad, siendo muy efectivos en algunos tipos y no en otros. Además, los tratamientos carecen de selectividad afectando también a las células normales, lo que genera diversas secuelas", parte explicando Cárdenas, quien comenta que la búsqueda de tratamientos selectivos, que sean capaces de ser utilizados en diversos tipos de cáncer, sigue siendo una necesidad.
“Nuestro grupo se ha centrado en estudiar y explotar las diferencias metabólicas que existen entre las células normales y cancerígenas, con el fin de generar alternativas terapéuticas que sean aplicables a diversos tipos tumorales”, agrega el académico.
De esta forma, el estudio publicado demostró que la inhibición del canal de calcio sensible a IP3, disminuye la sobrevida de un gran número de cánceres, que utilizan la carboxilación reductiva para generar los metabolitos necesarios para mantener su viabilidad. “Estos tipos de cánceres corresponden a aquellos que tienen mutaciones en la mitocondria, por lo que no la pueden usar; aquellos que presentan pseudo-hipoxia, dado mutaciones que afectan la función de HIF1, como los cánceres renales, o aquellos que se desarrollan en condiciones con bajo oxígeno, como las células que se encuentran en el medio de la masa tumoral”, explica.
“Lo más significativo de nuestro estudio es la identificación de un blanco terapéutico, como es el receptor sensible a IP3, y la utilización y desarrollo de una droga. Ella inhibe este receptor, causando la muerte de las células cancerígenas en forma selectiva. Esto significa, sin causar muerte de las células normales”, concluye diciendo el investigador.